08 marzo, 2007

Phnom Penh

“Phnom” se traduce como colina y “Penh” es el apellido de la anciana que, según cuenta la leyenda, encontró cuatro estatuillas de Buda en las orillas del río Mekong. Los colocó en lo alto de una colina, emplazamiento actual del templo Wat Phnom.

Phnom Penh fue creciendo alrededor de este lugar sagrado y hoy cuenta con más de un millón de habitantes (una décima parte de la población camboyana). Muchos dejaron atrás la aridez del campo para instalarse en la ciudad, con la vana ilusión de encontrar un trabajo menos duro y mejor remunerado. Aquí, el sueldo medio de un obrero es de 120000 rieles al mes (1 € = 5000 R) y el de un profesional de cuello blanco puede alcanzar hasta 400000 ó 450000 rieles, en el mejor de los casos.

A las afueras de la capital, a unos 12 kilómetros, se encuentra otra colina. La de los vertederos de basura, conocida como “garbage mountain”. Los que no encuentran trabajo vienen aquí a ganarse un sustento, recogiendo desechos reciclables entre las inmundicias. Niños y adultos se hacinan sobre los montones de basura en busca de objetos de plástico y aluminio. Por cada kilo recogido, el municipio les pagará 500 rieles.

Hacen falta diez kilos para recuperar la inversión inicial, ya que cada montón de basura cuesta 5000 rieles. Unas diez personas, familiares o amigos, juntan su dinero para comprar la basura. El vertedero no es lo suficientemente grande para absorber a todos los desempleados de Phnom Penh, de ahí que sea necesario imponer un sistema de territorialidad que limite el número de recogedores de basura. A los menos afortunados, sólo les queda la mendicidad.

De nuevo en el tuk tuk, salimos en dirección a los “killing fields” o campos de la muerte. En menos de media hora, dejábamos atrás la realidad mísera y hedionda del vertedero, llevándonos el recuerdo de la niña de la camiseta de Supermán y de todos los niños que seguirían recogiendo basura durante el resto del día. Y de nuevo al día siguiente. Y al otro. ¿Cuántos encontrarán la salida?

(Escrito por ella desde Saigón, Vietnam, 08/03/07)

No hay comentarios: